Cuando nos obliguen a elegir entre Israel y el eje del mal

La estrategia para perpetuar las guerras de Israel es hacernos creer que esta es una batalla entre Occidente y el mal

Israel ha vuelto a conseguir empujarnos hasta el borde del abismo. Tras un año ejecutando el primer genocidio transmitido en directo, acelerando la ocupación de Cisjordania y atacando a seis países vecinos, el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha tenido que asesinar a Hasán Nasralá, líder del partido-milicia-movimiento social Hezbolá, ocupar el sur de Líbano y bombardear amplias zonas del país, incluida su capital, para desatar su ansiada guerra regional.

Desviada la atención de las masacres que sigue cometiendo en Gaza, el Ejecutivo israelí insiste en su narrativa mesiánica: Israel como punta de lanza contra el eje del mal, el choque definitivo de civilizaciones. Parece improbable que los líderes de Estados Unidos y de la Unión Europea vayan a distanciarse del gobierno fundamentalista encabezado por Netanyahu después de mantener su respaldo incondicional y el surtido de armas a un país que en el último año ha asesinado en Gaza a más de 41.000 personas —entre ellas, más de 16.000 niños y niñas—, más de 700 en Cisjordania, 2.000 en Líbano, según su Gobierno, y otros centenares en la región. Apenas unas horas después de que la aviación israelí derribase varios edificios civiles en Beirut y de que Irán lanzase una salva de misiles balísticos contra territorio israelí, el Consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, declaró que Estados Unidos “siempre, siempre, siempre” apoyaría a Israel.

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Patricia Simón (Estepona, 1983) es reportera, periodista de investigación y escritora. Autora de Miedo (Debate, 2022) y Lo que la guerra transforma (Flash, 2022), entre otros libros. Especializada en derechos humanos y ecofeminismo, su trayectoria ha sido reconocida con el Premio de la Asociación Española de Mujeres de los Medios de Comunicación en 2013, el Premio Internacional Manuel Chaves Nogales y el premio Bones Pràctiques de Comunicació No Sexista de l’Associació de Dones Periodistes de Catalunya (ADPC) en 2022. Ha realizado coberturas en más de veinticinco países. Desde que comenzase la pandemia de la covid-19 en 2020, ha documentado las protestas de Irak y Cuba, el incendio del campo de personas refugiadas de Lesbos, las elecciones presidenciales de Estados Unidos y de Colombia, el auge del yihadismo en Mozambique, las guerras de Ucrania y de Mali y la inundación de Derna (Libia), entre otros acontecimientos. Fue cofundadora y subdirectora de Periodismo Humano. Ha trabajado en televisión, radio, prensa escrita y en productoras de documentales, y colabora con distintos medios, como La Marea, 5W, Cadena Ser, Carne Cruda, Univision y El País.

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