Los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump, han emprendido esta semana la recta final de su campaña, con la vista puesta en los siete estados clave que pueden decidir la batalla electoral. Las encuestas apuntan a resultados muy reñidos en las elecciones del próximo martes, en las que están llamados a votar más de 240 millones de estadounidenses. En los últimos días Donald Trump ha escalado lentamente en las encuestas de intención de voto en estados decisivos, aunque Kamala Harris sigue primera en intención de voto popular. Ambos candidatos han puesto ahora sus esfuerzos en los estados bisagra, aquellos más disputados en los que ningún partido cuenta con una ventaja clara. En Pensilvania, el estado clave de mayor población, Trump agitó el miércoles el fantasma del fraude electoral al asegurar que “Pensilvania está haciendo trampas a gran escala”, después de que algunos políticos republicanos difundieran en sus redes vídeos sobre supuestas irregularidades en el voto por correo. 

El último tramo de la campaña ha estado rodeado también de polémica por las declaraciones del humorista y presentador Tony Hinchfliffe. En un mitin de Donald Trump celebrado el domingo en Nueva York, Hinchcliff, que hacía de telonero del expresidente, dijo que “hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento, creo que se llama Puerto Rico”. La broma racista desató una ola de indignación en medios y redes sociales. Personalidades de la isla como Bad Bunny, Jennifer López y Ricky Martin difundieron mensajes de apoyo a Kamala Harris. Trump intentó aplacar los ánimos declarando su amor a Puerto Rico: “Nadie quiere a la comunidad portorriqueña más que yo”, dijo.