Irán ejecutó al menos a 901 personas en 2024, según datos de la ONU. La cifra es la más alta registrada en los últimos nueve años, y supone un aumento del 6% con respecto a 2023. La mayoría de estas personas fueron condenadas a la pena máxima por delitos relacionados con drogas, pero también se ejecutaron a disidentes y participantes de las protestas de 2022. Entre los ejecutados hubo 31 mujeres, la cifra más alta desde que se comenzaron a recoger datos de la pena de muerte hace 17 años. Según las organizaciones de derechos humanos, estas ejecuciones no cumplen con los estándares internacionales.
Irán también ha protagonizado titulares esta semana por la liberación de la periodista italiana Cecilia Sala, después de casi tres semanas en una prisión iraní acusada de violar las leyes del país. Su arresto, vinculado a una posible estrategia iraní para intercambiar prisioneros con Italia y Estados Unidos, provocó serias tensiones diplomáticas con el Ejecutivo de Roma.