La guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea se intensificó esta semana hasta llegar a la amenaza del presidente norteamericano Donald Trump de imponer aranceles del 200% a los productos alcohólicos procedentes de países europeos. Esta decisión llegó como respuesta a los nuevos gravámenes del 50% que la UE propuso imponer sobre el whisky de Bourbon estadounidense, en represalia a su vez a las tasas del 25% que Washington aplicó anteriormente a las importaciones de acero y aluminio. A través de la red  Truth Social, Trump acusó a la Unión Europea de ser una autoridad “abusiva” que busca aprovecharse de Estados Unidos y aseguró que su medida protegerá y fortalecerá a su país. Sin embargo, algunos analistas advierten que este tipo de políticas proteccionistas podrían tener consecuencias adversas tanto para la economía estadounidense como para sus relaciones diplomáticas con Europa.

El conflicto comercial entre ambas potencias se enmarca en un contexto de alta volatilidad en los mercados financieros y un creciente temor a una recesión en Estados Unidos. A pesar de la caída en las bolsas y las preocupaciones expresadas por el sector empresarial, la Administración Trump sigue firme en su estrategia arancelaria. Además, Canadá, afectado por las tasas al acero y al aluminio, respondió con sus propios aranceles por un valor de 21.000 millones de dólares, lo que amplía aún más la confrontación comercial.