Y mientras, el conflicto se intensifica en Gaza. Al menos 23 personas, en su mayoría mujeres y niños, murieron el miércoles tras un bombardeo israelí contra un bloque residencial en la Franja. Las autoridades palestinas registraron decenas de heridos y personas desaparecidas bajo los escombros, mientras las tropas israelíes entraban al barrio con el objetivo declarado de extender la llamada “zona de seguridad”. Este ataque se suma a otros que dejaron en solo 24 horas un total de 57 civiles muertos en distintos puntos de la región. En uno de los bombardeos, un misil israelí alcanzó una tienda de campaña habilitada para periodistas frente al hospital Al Nasser, provocando la muerte de los reporteros Hilmi Al Faqawi y Yousef Al Jazindar, y dejando al menos a otros ocho profesionales de la información heridos. El funeral del periodista, envuelto en su chaleco de prensa, congregó a decenas de compañeros que denunciaron el ataque como una agresión directa a la libertad de información. Al menos 175 periodistas han muerto desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.

Con estos ataques, Netanyahu sigue con su plan de expulsar a los gazatíes de la zona. Desde que Israel reanudó su ofensiva militar a mediados de marzo, el Ejército ha tomado el control del 50% del territorio de Gaza, desplazando a la población civil hacia zonas cada vez más pequeñas. Las condiciones de vida se deterioran rápidamente: según las autoridades palestinas, unos 600.000 niños están en riesgo de sufrir parálisis permanente si no reciben las vacunas necesarias.