WHAT?
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), formación turca cercana a los Hermanos Musulmanes, recupera la mayoría absoluta que tiene desde 2002 en el parlamento tras un paréntesis de cinco meses. Los turcos acudieron por segunda vez este año a las urnas y la participación rozó el 86%.
Desde varias provincias llegan denuncias de fraude ante un proceso electoral en el que el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) supera de nuevo el umbral del 10% necesario para estar en la cámara y se confirma como tercera fuerza parlamentaria. Aunque sus dirigentes lo califican de “éxito”, no genera la misma ilusión que el 7 de junio, cuando además de entrar en la cámara, acabaron con la mayoría absoluta del AKP. Aquello se celebró por todo lo alto, no como ahora: las elecciones han generado frustración entre la principal minoría del país.
WHEN?
Turquía ha votado después de cinco meses de vacío de poder en los que el AKP ha sido incapaz de cerrar acuerdos de Gobierno con el resto de fuerzas parlamentarias y el presidente Recep Tayyip Erdogan ha preferido volver a jugársela en unas elecciones. En este tiempo se ha roto la tregua con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y se ha producido el atentado más sangriento de la historia moderna de Turquía, el doble ataque suicida contra la marcha por la paz de Ankara en el que hubo un centenar de muertos. Las autoridades acusan al grupo yihadista Estado Islámico (EI) de estar detrás de una acción en la que la oposición ve la mano de las autoridades y así lo denuncia de forma abierta.
En este plazo se ha producido también la mayor oleada hacia Europa de refugiados sirios de los últimos cinco años, que han encontrado una ruta abierta a través de Turquía para llegar a la Unión Europea.
WHY?
La violencia e inestabilidad han sido determinantes para que 5 millones de ciudadanos decidan cambiar la orientación de su voto y vuelvan a apostar por la hegemonía del AKP. Los votantes repetían a pie de urna las palabras “paz” y “seguridad”. Esto significa que Erdogan ha ganado una media de un millón de votos al mes a medida que se calentaba la situación en la frontera con Siria e Irak, donde el Ejército bombardea posiciones de las milicias kurdas, y crecía la amenaza de infiltración de miembros de Estado Islámico. Las acusaciones de corrupción y el frenazo en el crecimiento económico pesan menos que el miedo generado por los atentados.
WHO?
Recep Tayyip Erdogan (Estambul, 1954) es ahora el auténtico “sultán” del país, tal y como le bautizan en los medios opositores, muchos de los cuales anuncian en las redes sociales que les queda poco tiempo de vida tras esta victoria absoluta en las urnas del AKP. La cara de la formación islamista presente en todas las calles del país es la del primer ministro, Ahmed Davutoglu, quien ofreció el discurso de la “victoria de la democracia” tras conocer los resultados electorales. Pero Davutoglu no deja de ser el “becario de Erdogan”, como le conocen en Turquía, y es el presidente el auténtico hombre fuerte. Salvando las distancias, es un modelo parecido al que en Rusia representan Vladimir Putin y Dimitri Medvedev.
La intención de Erdogan era hacerse aún más fuerte cambiando la Constitución y haciendo de Turquía una república presidencialista, pero pese a su victoria electoral no ha conseguido los 330 diputados necesarios para hacerlo, y no tiene el apoyo de la oposición.
WHERE?
Turquía es un país clave para una región muy revuelta por el conflicto en Siria, en el que los turcos forman parte de la coalición que lidera Estados Unidos contra EI. Por encima del califato, lo que preocupa en Ankara es ver que los kurdos de Siria se han convertido en la principal fuerza terrestre de esta coalición en la lucha contra el yihadismo.
Las fronteras turcas son muy importantes tanto para controlar la entrada de yihadistas en Siria, como para frenar el éxodo de refugiados a la UE. Erdogan es consciente de este doble valor y juega sus cartas para obtener el máximo beneficio de la situación. Durante los últimos cinco años ha apostado por la caída del presidente sirio Bashar al Asad y la frontera con Siria, en el sur del país, ha sido un coladero empleado por los yihadistas, incluidos los miembros de EI.
En los últimos meses ha tenido lugar otro fenómeno en su costa occidental. Allí se ha intensificado el flujo de refugiados que cruzan el Egeo para llegar a las costas griegas. Turquía acoge a más de dos millones de sirios y cientos de miles de personas han salido del país rumbo a Grecia, algo que preocupa a la UE, que se ha dirigido a Erdogan para conseguir que regule el flujo de refugiados a cambio de volver a poner sobre la mesa la incorporación turca a la UE.