Reuniones en las que la localización se anuncia en el último momento, improvisados desfiles del orgullo gay, pseudónimos digitales y dobles vidas. La comunidad homosexual de Bangladesh avanza con sigilo. Gracias al activismo de un puñado de personas, ha conseguido ciertos espacios de libertad tolerada a pesar de la profunda discriminación que sufre.
Sueñan con el día en que puedan dar la cara públicamente en un país en el que la homosexualidad es delito y en el que temen convertirse en objetivo de radicales islámicos, para quienes su amor es pecado. Nos adentramos en la vida secreta de los gais bangladesíes en tres ambientes diferentes: un baile de drag queens, una reunión de activistas y un chequeo médico.
Un baile de 'drag queens'
Sobre el suelo hay prendas de ropa y maletas abiertas. En una mesilla, yacen desordenados rímel,…
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