El huracán Harvey llegó y mató a 50 personas.
La catástrofe natural que más se ha visto por televisión en las últimas semanas es el paso del huracán Harvey por Texas (Estados Unidos) y las inundaciones que causó. Pero a miles de kilómetros, en Asia y en África, las lluvias de este verano, los corrimientos de tierra y los aludes de barro han abierto heridas mucho más profundas entre la población.
En la India, Bangladesh y Nepal, el monzón de este año ha hecho estragos y 40 millones de personas se han visto afectadas por las lluvias, que han destruido escuelas, cultivos y más de 40.000 casas. Al menos 1.200 personas han perdido la vida. Las zonas más pobres se han llevado la peor parte.
En Sierra Leona, y aunque se trató de una catástrofe más puntual, unas 1.000 personas murieron a causa de las lluvias y de los aludes de barro que se registraron el 14 de agosto en la capital, Freetown. En Niamey, la capital de Níger, más de 40 personas perdieron la vida y miles se vieron desplazadas por las inundaciones. En el sur de Yemen, país ya azotado por la guerra, hubo 18 muertos y decenas de desaparecidos el día 30 a causa de inundaciones.
Estas son algunas de las fotografías y de las historias detrás de la gente que sufrió las inclemencias de la lluvia durante las últimas semanas en Asia y África.
Bombay paralizada
La superpoblada Bombay, capital financiera de la India, es uno de los puntos del país más castigados por el monzón cada año. Recientemente un edificio se derrumbó a causa de las lluvias y una veintena de personas murieron sepultadas bajo los escombros. Aunque la crisis humanitaria no está en esta urbe sino en áreas más remotas, este año las imágenes que salen de allí hablan de una megaciudad rendida a la caprichosa voluntad del monzón.
Noreste indio
El frondoso noreste indio, formado por las llamadas “siete hermanas” —siete estados geográfica y culturalmente distinguidos del resto del país—, es también una de las zonas que sufren más inundaciones.
Los niños
En situaciones así, la infancia es uno de los sectores más vulnerables de la población. Un efecto indirecto de las inundaciones es el impacto en la educación: 1,8 millones de niños se han quedado sin clases debido a las fuertes lluvias en el noreste indio, Nepal y Bangladesh. Cerca de 18.000 escuelas han sido destruidas o han quedado dañadas y otras miles están siendo usadas como centros de evacuación.
Bihar
Entre junio y septiembre, la estación del monzón, el estado de Bihar (con una población de casi 100 millones de personas, más que Alemania) es uno de los más afectados de la India. Sucede casi cada año. Es una de las regiones más pobres del país, y las infraestructuras no están preparadas para el embate de las inundaciones. Aunque sean tan recurrentes, aquí es donde la gente tiene menos medios para afrontar las catástrofes naturales.
Desplazados
Los datos de la ONU indican que la zona en la que hay más afectados por las inundaciones es el estado indio de Bihar: 17,2 millones de personas de un total de 40 millones repartidas por todo el Sur de Asia.
Nepal
El fotógrafo que tomó esta imagen para AP, Manish Paudel, explica a 5W la devastación que las inundaciones están causando en Nepal. “La lluvia continua se ha llevado muchas vidas, viviendas, animales y cultivos en el cinturón de Terai [zona del sur de Nepal]. La gente intenta protegerse a sí misma y a los niños, pero el desastre natural ha provocado falta de comida y de agua potable; también ha dañado muchas viviendas”.
Karachi
Tras su paso por Bangladesh, Nepal y la India, el monzón se mueve ahora hacia Pakistán, donde su ciudad más importante, la portuaria Karachi (casi 15 millones de habitantes), ya presenta este aspecto.
Lluvias hasta octubre
Pakistán ha sido el último país en sufrir el monzón, pero se espera que las lluvias continúen en toda la región hasta octubre. La ONU ha alertado de la posibilidad de que la situación empeore y de que las necesidades humanitarias crezcan aún más.
Sierra Leona
La poca información que sale de Sierra Leona y las características de la catástrofe hacen difícil conocer su alcance real. Tras los aludes de barro causados por las lluvias del 14 de agosto, empezaron a llegar informaciones de centenares de heridos. Recientemente, las autoridades han elevado a más de 1.000 el número de personas que se dan por muertas.
Muertos y desaparecidos
Las inundaciones y las catástrofes naturales golpean especialmente a las zonas más vulnerables del planeta. Sucede de forma programada: la misma historia se repite cada año —en este caso con la llegada de la estación lluviosa—, en diferentes sitios, con más o con menos muertos. Muchos de ellos ni siquiera son enterrados. Desaparecen.