Hace unos quince años soñé que vivía en Al Andalus durante la mal llamada Reconquista. Lo único que no recuerdo de la escena es si yo era judía o morisca. El resto, como el agarrotamiento del cuerpo por el pavor a ser descubierta, lo tengo grabado a fuego. Escondida entre unos matorrales, le tapaba la boca a mi bebé, temblorosa tanto por que llorase como por ahogarla al tratar de impedirlo. Sabía que si los hombres de los que nos ocultábamos nos encontraban, nos matarían a ambas. Solo temía por su vida.
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