Hace tiempo lanzamos un mensaje: entender el mundo es difícil, pero vale la pena intentarlo. Si no creyéramos —y sobre todo, tú, lector, no creyeras— en la certeza de esta consigna, Revista 5W no seguiría contando historias casi nueve años después de su nacimiento.
Una de las señas de identidad de 5W son las crónicas de largo aliento que ponen el foco en pequeñas historias para explicar grandes temas de nuestro tiempo. En la búsqueda incansable de nuevos enfoques, voces y miradas, la fotografía se revela, una vez más, como un lenguaje excepcional para relatar estas realidades.
En este 2023 los conflictos internacionales han dominado el panorama informativo: desde la brutal ofensiva israelí en Gaza, a una guerra en Ucrania que va camino de cumplir dos años. Pero este año también hemos dedicado tiempo, esfuerzo y rigor a otras historias para tratar de explicar el mundo en su complejidad: refugiados que intentan entrar en Europa por los gélidos bosques del norte del continente, la desertificación de regiones enteras que explican el boom del aguacate en Chile, la implacable guerra que hunde en el abismo a la población birmana o las miles de personas migrantes que desaparecen cada año en el mar.
Esta es una selección de cinco crónicas visuales que hemos publicado en los últimos doce meses. Son historias que intentan alejarse del ruido, de la desinformación, para tratar de relatar un mundo difícil, pero que merece la pena ser contado. Si eres una persona que está incómoda en el no saber, suscríbete a 5W.
Los refugiados que no importan
¿El origen de las personas migrantes determina su acogida? En Polonia, la invasión rusa de Ucrania activó un sistema que en las últimas décadas ha destacado justamente por sus políticas antiinmigración. El país abrió sus puertas nada más estallar la guerra y desde entonces casi 9 millones de personas han cruzado la frontera. De ellas, más de 1,5 millones viven en Polonia. Un poco más al norte, en cambio, miles de refugiados venidos de Oriente Medio y África siguen esperando su oportunidad en las entrañas del bosque de Bialowieza.
Este bosque —o la ‘jungla’, como muchos la llaman— se ha convertido en una cárcel para las personas refugiadas que cruzan de Bielorrusia a Polonia. Decenas de militares vigilan la zona y de los árboles cuelgan cámaras de seguridad. La única ayuda proviene de grupos de voluntarios que actúan de manera clandestina a riesgo de ser criminalizados. La fotoperiodista polaca Hanna Jarzabek tuvo la oportunidad de adentrarse con varios de ellos y documentar lo que ocurre en el bosque.
Ucrania, crónica en imágenes de un año de guerra
La guerra en Ucrania sigue. Se calcula que, un año después de que Putin lanzara su ‘operación especial’ el 24 de febrero de 2022, cerca de 300.000 personas habían muerto o resultado heridas y más de 8 millones habían huido del país. Fuera de las fronteras ucranianas, la guerra ha disparado la tensión global y ha impulsado múltiples crisis, desde la energética a la alimentaria.
El fotoperiodista Diego Herrera pasó en territorio ucraniano buena parte del primer año de conflicto para cubrir las consecuencias de una guerra que tuvo su preludio en la región del Donbás. Su trabajo fotográfico documenta el impacto del conflicto de Kiev a Zaporiyia, de Bucha a Bakhmut, de Chernigov a Toretsk, entre muchas otras localidades.
Birmania, la guerra en los márgenes
Unos dos millones de desplazados, bombardeos contra pueblos y aldeas, combates de norte a sur del país. Gobernada por una junta militar desde hace más de dos años, Birmania (Myanmar) está envuelta en una espiral de violencia que no cesa. El régimen militar llegó al poder en un golpe de Estado en febrero de 2021 que hizo descarrilar la frágil democracia birmana, expulsó del poder a la premio Nobel de la Paz Aung san Suu Kyi —que permanece encarcelada hasta hoy— y desató protestas que fueron brutalmente reprimidas.
La represión llevó a la formación de movimientos de resistencia locales que combaten en numerosos puntos del país contra las todopoderosas Fuerzas Armadas. Desde enero de 2022, el fotoperiodista ítalo-británico Siegfried Modola ha logrado cubrir de forma clandestina la lucha de la resistencia en el estado de Kayah, en el este del país y fronterizo con Tailandia.
Detrás del aguacate hay un paisaje seco
Son el estandarte de lo healthy. Del aguacate o la palta —como se conoce en algunos países de América Latina— se dice que es una mina nutricional: rico en minerales, antioxidantes y vitaminas, se ha convertido en el producto estrella de medio mundo. Pero detrás de su éxito se esconde una realidad menos atractiva. El cultivo de aguacates es uno de los responsables de la sequía extrema que sufre Chile, el cuarto mayor exportador mundial de estos frutos.
La región de Petorca es el epicentro de la lucha por el agua en Chile. Hasta hace unas décadas, ríos y lagos bañaban esta zona en el centro del país y la vegetación cubría sus cerros y valles. El cambio es drástico: aquel paisaje solo perdura en la memoria de los agricultores que aún no han huido. El fotoperiodista italiano Karl Mancini ha dedicado los últimos años a documentar el coste humano y el impacto medioambiental de los cultivos de aguacates en Chile.
Mar de luto
“Cuando recibas una llamada perdida de un número español da gracias a Dios, querrá decir que he llegado”. Con este mensaje, Maimouna, una senegalesa de 27 años, se despedía de su hermano Bakary. Dos meses después, cuando la fotoperiodista Anna Surinyach conoció en Senegal al propio Bakary y a su madre, Kalo Kebe, seguían sin haber recibido esa llamada. No sabían nada de ella. Como Maimouna, al menos 32.000 personas han perdido la vida intentando alcanzar suelo europeo a través del mar desde 2014. Eso supone una media de nueve personas al día. Son cifras de guerra.
¿Dónde están los cadáveres? ¿Qué pasa con las familias que no pueden hacer el duelo? ¿Por qué no hay un protocolo para buscar a las personas desaparecidas e identificar a los muertos? Surinyach intenta responder estas preguntas a través del proyecto Mar de luto, un trabajo fotográfico construido sobre una paradoja: si ni siquiera importan los vivos, ¿cómo van a importar los muertos?