Cuando el Festival Internacional de Cine de Xixón me propuso este trabajo y me mostró la imagen del dardo en la mirada con la que se presenta este año, asumí que era libre para trabajar. Me explicaron sin cortapisas ni apriorismos que su proyecto audiovisual está centrado en la autoría y en nuevas propuestas formales, que el festival quiere reforzar su integración con la ciudad, ser útil, proponer una conversación sobre quienes somos en este momento de la historia. Que querían conocer mi mirada.
El reto no era pequeño.
Gijón se representa a menudo como una ciudad de escaparate, bienestar, fachada marítima y vacaciones. Desde el principio, me propuse deconstruir esa imagen. Aportar profundidad: enseñar lo que tantos conocemos desde hace tanto tiempo, pero también las tripas de la ciudad y sus gentes. Tuve claro que debía aportar mi mirada, desde el fotoperiodismo, para colaborar con el imaginario colectivo de Gijón.
No tardé mucho en pensar en la música.
Esteban Girón, guitarrista de Toundra, acaba de regresar a Asturias y está desarrollando un proyecto personal, Play AS. Entendimos juntos —ya habíamos colaborado antes— que podíamos borrar géneros y mezclar sensibilidades para ofrecer un formato nuevo: ¿Necesita nombre? ¿Rockperiodismo? Su tema, titulado “Música para Xixón”, está compuesto en paralelo al proceso de fotografía. Cuando lleguéis al momento en que aparecen las imágenes de la pandemia, seréis plenamente conscientes de ello. Queríamos que la imagen creciera junto a la música, que llegados a un punto, explotase; que le estallase al espectador en la razón y en la piel.
No ha sido fácil para mí. Tuve miedo. Era la primera vez que hacía fotos con la intención de que mis vecinos se reconozcan en ellas, de que la ciudad se identifique en sus virtudes y defectos. Cuando trabajas fuera estás sometido a estímulos diversos que llaman tu atención. A lo desconocido. En casa, no. Me ha costado deshacerme de prejuicios e ideas preconcebidas.
En realidad, no nací en Gijón, sino en Zaragoza: a los seis meses mis padres me trajeron aquí. Cuando creces te das cuenta de que la gente tiene raíces muy hondas. Yo también las eché; me quise ir y acabé volviendo. Asturias es una región de migrantes: el camino acostumbra a ser a la inversa, de dentro afuera, pero en mi caso fuimos acogidos desde el principio y todos decimos en la familia que somos de aquí.
Gijón es mi ciudad. Por eso el título: Adoptado. Muestro mi mirada a Gijón en un momento complejo de su historia, con la intención de que mis vecinos participen en un debate sobre su identidad urbana. Es la representación de una ciudad con un pasado fuerte pero con un futuro inestable. Yo soy fotoperiodista y la realidad de la ciudad es la que es: por eso, aunque sea la pieza de cierre de un festival de cine, la pandemia está presente. No contarlo sería caer en una visión naif de Gijón. Creí necesaria la hostia de realidad. Quería que hubiera cambios en la pieza: luz, oscuridad, alegría, drama. Quería realidad, pura realidad y mover al espectador con mi trabajo. Ser, de algún modo, útil.
La parte de Esteban Girón
Así vivió el músico Esteban Girón la colaboración para crear esta pieza:
“Crear música es algo que según van pasando los años me parece más difícil. Uno es siempre preso de lo que ha venido haciendo, y cada vez que tengo que grabar un nuevo disco, la tortura emocional es mayor. Trabajar con Manu bajo el nombre de Play As es algo liberador. Crear música para imágenes que admiras de alguien que, además de buen amigo, es un creador con un talento absoluto, allana mucho el terreno. Crear en paralelo a Manu, en paralelo a su sensibilidad, ha sido un reto. Un reto motivador y del que he aprendido mucho”.
“Crear ‘Música para Xixón’ ha sido algo muy sensorial. En Gijón mis padres me compraban cuatro discos al mes. En Gijón me compré mi segunda guitarra, mi primer teclado. Me compré decenas de libros de armonía, solfeo, análisis musical, Historia de la Música… . En Gijón me compré aquel libro de partituras de los Beatles que me hizo decidir ser músico. En estado ebrio nos conocimos Manu y yo, en Gijón”.
Este diálogo entre fotoperiodismo y rock es el vídeo de clausura del Festival Internacional de Cine de Gijón