Como cada sábado, aquí llega nuestro rickshaw para recorrer la actualidad internacional en una semana en la que los desastres naturales han dejado un balance devastador en Libia y Marruecos. Abrimos con esos países: con las inundaciones en el noreste libio y el seísmo en la región marroquí del Atlas. Nos fijamos también en la situación en la isla italiana de Lampedusa, donde el centro de acogida de migrantes se ha visto colapsado en los últimos días por miles de llegadas. La imagen de la semana viaja a Derna, epicentro del desastre en Libia. Y nos paramos también en Sudán, Corea del Norte, Taiwán, Irán, Chile y Francia.

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El recorrido

Libia

La ayuda humanitaria va llegando poco a poco a la ciudad de Derna, donde se concentra la mayor devastación por el ciclón que el domingo arrasó el noreste de Libia. Una gran parte de Derna quedó destruida después de que dos presas colapsaran a causa de las lluvias torrenciales. Los muertos se cuentan por miles y las cifras no dejan de crecer. Las autoridades de Derna creen que el balance final puede alcanzar los 20.000 fallecidos, lo que representaría casi un cuarto de los habitantes de la ciudad. Los cuerpos sin vida están siendo enterrados en fosas comunes. El acceso a la ciudad es complicado ya que el agua destruyó carreteras y puentes; los equipos internacionales de rescate que han conseguido acceder, entre ellos bomberos españoles, llevan a cabo labores de búsqueda entre las ruinas y el barro. En la ciudad hay una grave escasez de agua, alimentos y otros suministros básicos, y sus habitantes denuncian la descoordinación de la ayuda local. 

El Daniel también asoló otras localidades del noreste de Libia, un país sumido en el caos tras el fallido proceso de transición que se abrió con la caída de Muamar al Gadafi en 2011. Aquello derivó en dos gobiernos paralelos, uno en el oeste (Trípoli), reconocido por la comunidad internacional, y otro en la región del este, donde se encuentran las zonas arrasadas por el ciclón. Desde ambos lados son cada vez más las voces que piden una investigación para determinar por qué la tragedia tuvo esta dimensión y si las autoridades de Derna podían haber prevenido la catástrofe.  

Marruecos

También en Marruecos siguen las labores de ayuda tras el terremoto de 6,8 grados que el 8 de septiembre sacudió el país. El seísmo, que se originó en la cordillera del Alto Atlas, dejó más de 3.000 muertos y grandes daños en las zonas cercanas, entre ellas la turística ciudad de Marrakech. Algunos pueblos han desaparecido casi por completo. Las operaciones de rescate se vieron complicadas por el difícil acceso a algunas de las áreas más afectadas, muchas de las cuales se encuentran en zonas montañosas. Desde que el temblor tuvo lugar, se han producido numerosas réplicas que generan pánico entre población, equipos de rescate y voluntarios. Una de las más fuertes tuvo lugar el jueves con una magnitud de 4,6 grados en la misma zona afectada y se sintió también en Marrakech.

La respuesta al desastre se ha visto lastrada por la inacción del rey Mohammed VI, en el centro de numerosas críticas por la lentitud y problemas en la gestión de la ayuda. Pese a la emergencia humanitaria, el país ha declinado la asistencia ofrecida por distintos Estados, entre ellos Francia, Estados Unidos o Israel. Para saber más sobre lo ocurrido, te animamos a escuchar la charla con los reporteros Mikel Ayestaran y Xavier Aldekoa, que documentaron la emergencia en el terreno, en nuestro canal de Twitch. 

Italia

La llegada de casi 10.000 personas migrantes en 72 horas llevó esta semana a la pequeña isla de Lampedusa, en el extremo meridional de Italia, al borde del colapso. El centro de acogida de la isla, con capacidad para 400 personas, se veía saturado el miércoles con cerca de 7.000, unas cifras que no registraba desde la emergencia migratoria de 2016. En medio de desembarcos continuos, las autoridades de Lampedusa decretaron el estado de emergencia e instaron al Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni a acelerar los traslados a la península. Esta isla de unos 20 kilómetros cuadrados es una de las puertas de entrada a Europa para las personas que zarpan en embarcaciones precarias desde las costas de Libia y Túnez. En lo que va de año han desembarcado en Italia más de 123.000 personas migrantes, casi el doble que en el mismo periodo del año pasado.

En plena crisis en Lampedusa, Alemania suspendió este miércoles “hasta nuevo aviso” el mecanismo voluntario de acogida de refugiados desde Italia. Berlín acusó a Roma de incumplir el Convenio de Dublín, el pacto que estipula que el país de entrada es el que debe hacerse cargo del examen y la petición de asilo de las personas refugiadas. Esta tensión se produce en un momento en el que Bruselas trata de ultimar el pacto migratorio europeo para aunar posturas y reducir las llegadas a través de su estrategia de externalización de fronteras, que ha llevado a acuerdos como el polémico pacto alcanzado con Túnez. Mientras tanto, las cifras de muertes en el mar tampoco dejan de crecer: en lo que va de año han perdido la vida más de 2.300 personas intentando cruzar el Mediterráneo.

La imagen

La imagen de la semana viaja hasta el corazón de Derna y muestra la enorme devastación en esta ciudad costera, donde barrios enteros quedaron barridos por el agua. La ruptura de dos presas del río Wadi Derna, que baja desde las montañas y atraviesa la ciudad antes de desembocar en el Mediterráneo, liberó unos 33 millones de metros cúbicos de agua, el equivalente a unas 12.000 piscinas olímpicas. Desde que la tragedia tuvo lugar, el mar no ha dejado de devolver cientos de cuerpos sin vida a la orilla. 

Otras claves

• El pasado fin de semana fue uno de los más mortíferos en Sudán desde que en abril estalló la guerra entre las Fuerzas Armadas y los paramilitares. Un centenar de personas murieron y más de 300 resultaron heridas en intensos bombardeos en Jartum, la capital, y en la ciudad de Omdurmán contra varios barrios residenciales y mercados. Las fuerzas paramilitares culparon al Ejército de estos ataques, pero distintas oenegés denuncian ataques indiscriminados por parte de ambos bandos. 

• El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron el miércoles en el cosmódromo ruso de Vostochny. Según los expertos, ambos líderes podrían haber negociado un intercambio de armas norcoreanas y tecnología rusa para misiles nucleares. Esta reunión tuvo lugar mientras Corea del Norte lanzaba dos misiles balísticos de corto alcance al mar de Japón.

• Y más al sur continúa la tensión en Taiwán. Las autoridades de la isla denunciaron el jueves la presencia de 68 cazas y 10 navíos del Ejército chino en las inmediaciones de la isla por cuarto día consecutivo. Como respuesta, Taiwán ha desplegado aeronaves y buques y ha hecho uso de sistemas antimisiles para controlar las actividades del gigante asiático.  

• En Irán se cumple este sábado un año de la muerte de Mahsa Amini, la joven de 22 años que falleció después de haber sido detenida por no llevar bien puesto el hiyab. Ello desató un levantamiento contra el régimen para reclamar el fin de la República Islámica. Las autoridades iraníes respondieron intensificando una brutal represión contra las manifestaciones que dejó al menos 525 muertos y cerca de 20.000 detenidos.

• Este lunes se conmemoró en Chile el 50 aniversario del golpe de Estado de Augusto Pinochet que acabó con el Gobierno democrático de Salvador Allende. La cita tuvo lugar en medio de una gran polarización en el país, con un creciente negacionismo por parte de la ultraderecha sobre una dictadura que duró 17 años y que causó más de 40.000 víctimas.

• Francia se ha visto obligada a enviar efectivos del Ejército a la isla de Mayotte, uno de sus departamentos de ultramar, en el océano Índico, para distribuir agua ante la sequía sin precedentes que vive el territorio. Los problemas del agua se suman a las tensiones migratorias en torno a las personas que proceden de las vecinas y empobrecidas Comoras, como explicamos en esta crónica visual.

Esta semana en 5W

Cuando la crisis climática se conjuga con inestabilidad, infraestructuras maltrechas y un Estado fallido, las consecuencias son devastadoras. El ciclón Daniel ha dejado más de 6.000 muertos y cerca de 10.000 personas desaparecidas a su paso por Libia, un país sumido en el caos después de la revolución, apoyada por la OTAN, que derrocó y acabó con la vida de Muamar al Gadafi en 2011.

Barrios totalmente arrasados, infraestructuras devastadas, edificios derruidos: las imágenes que llegan desde el este de Libia revelan un desastre cuyo balance de víctimas y daños no deja de crecer. ¿Qué supone la catástrofe para un país dividido, con dos gobiernos paralelos enfrentados y en el que actúan numerosas facciones armadas? En la pieza de esta semana reunimos algunas claves para poner contexto a la tragedia.
Y esta semana hemos publicado dos columnas. En la primera, la reportera Mónica Baró escribe sobre la parte menos fotogénica de una Nueva York que no es la de las fotos en Instagram o la de Sex in the city. En la segunda columna, Noor Ammar Lamarty reflexiona sobre las responsabilidades que debe exigir la ciudadanía marroquí tras el terremoto.