Las autoridades del archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico Sur, declararon el miércoles el estado de emergencia después de que las islas sufrieran un día antes un terremoto de 7,3 grados Richter que dejó al menos 14 muertos, más de 200 heridos y un número de desaparecidos aún indeterminado. El temblor afectó sobre todo a la capital, Port Vila. Según la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), cerca de 116.000 personas se han visto afectadas por el seísmo, que también ha interrumpido las telecomunicaciones en parte de este archipiélago de unos 250.000 habitantes. 

Al primer temblor del martes le siguieron al menos dos réplicas de más de 5 grados, según el servicio Geológico de EEUU. El pequeño Estado de Vanuatu se sitúa cerca del llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de intensa actividad sísmica y volcánica debido a la interacción de la placa tectónica del Pacífico y la placa Indo-Australiana, por lo que los terremotos son relativamente frecuentes.