
Hace diez años, Greenpeace participó en las protestas de Standing Rock contra un gasoducto que atravesaría una reserva sioux en Dakota del Norte. La empresa responsable de la construcción, Energy Transfer, demandó a la oenegé por la publicidad negativa. Ahora, un jurado le ha dado la razón a la empresa y ha declarado que Greenpeace debe pagar 660 millones de dólares de compensación por los perjuicios causados. Esta decisión representa un duro golpe para las cuentas de la organización.
Este es uno de los ejemplos más graves de lo que se conoce como “litigios estratégicos”. A través de un caso concreto, la empresa obliga a la oenegé a gastar grandes cantidades de dinero y tiempo en defenderse. El objetivo final es acallarla e incluso llevarla a la quiebra. Greenpeace ha anunciado que apelará la decisión del jurado de Dakota del Norte y se prepara para los siguientes pasos de la que será una larga y costosa batalla jurídica, argumentando que su participación en las protestas fue menor y que esta demanda trata de silenciar la oposición al sector petrolero.
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