No es solo Estados Unidos: las políticas antiinmigración se refuerzan también en la Unión Europea. Esta semana, Italia llevó a cabo el traslado de un grupo de migrantes interceptados en el mar a centros de detención ubicados en Albania. Un barco militar italiano llegó el martes al puerto de la ciudad albanesa de Shëngjin con 49 eventuales solicitantes de asilo originarios de Bangladesh, Egipto, Costa de Marfil y Gambia, que afrontan ahora un proceso de posible deportación. Este traslado es cuestionado por la Justicia italiana: dos intentos previos similares por parte del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni ya fueron bloqueados por tribunales italianos.
La cuestión migratoria ha dominado también esta semana el debate en Alemania. Este miércoles, el partido conservador Unión Cristiano Demócrata (UCD) —al que pertenecía la excanciller Angela Merkel y favorito para las elecciones del próximo 23 de febrero— logró la aprobación de una moción que busca cerrar la frontera a extranjeros indocumentados, incluso cuando expresen su intención de demandar asilo. La aprobación se consiguió gracias al apoyo del grupo ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), lo que supuso en la práctica la ruptura de un cordón sanitario que se había mantenido durante 75 años.