A menos de dos semanas de su toma de posesión, el presidente electo de EEUU, Donald Trump, ha amenazado con usar la presión militar para anexionar Groenlandia —un territorio autónomo perteneciente a Dinamarca— a Estados Unidos. Según el magnate y político estadounidense, la isla es esencial para la seguridad económica y militar de su país. Ya en su primer mandato, Trump planteó la posibilidad de comprar la isla a Dinamarca; este martes, en una intervención en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, Trump volvió a aludir a su posición clave en el Ártico y su riqueza en minerales estratégicos.
Tanto Dinamarca como Groenlandia han rechazado firmemente las amenazas de Trump. Los líderes groenlandeses han insistido en que el territorio “no está en venta” y “nunca” lo estará. También otros países europeos, como Francia y Alemania, han mostrado su preocupación por las declaraciones de Trump. Estas se enmarcan en el interés estratégico de Estados Unidos en la región, no solo por sus recursos naturales, sino también para frenar la creciente presencia de Rusia y China en el Ártico. El martes, Trump, en un dibujo de una política exterior expansionista, también dejó abiertas las puertas al uso de presiones económicas o militares para hacerse con el control del Canal de Panamá.