Una embarcación libia con varios hombres armados a bordo interceptó este jueves en aguas internacionales del Mediterráneo una lancha neumática que navegaba a la deriva y en la que viajaban cerca de un centenar de personas migrantes. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que, a punta de pistola, los libios separaron a mujeres y niños, a los que subieron a bordo. También dispararon al aire y provocaron que la mayoría de ocupantes de la lancha neumática cayeran al agua. Sin asistirlos, los hombres armados se llevaron a 29 mujeres y niños a Libia, desde donde habían partido y donde las personas migrantes sufren graves vulneraciones de los derechos humanos. 

El barco Geo Barents de MSF, que había sido avisado por la Guardia Costera Libia de la presencia de la lancha neumática, rescató a un total de 83 personas, entre ellos varios adolescentes, mientras la embarcación libia se alejaba. “Dispararon al aire. Nos golpearon con la parte trasera del rifle. Luego se llevaron a las mujeres y a los niños. A mi mujer y a mis hijos también”, dijo uno de los supervivientes al equipo de MSF. Las interceptaciones y abusos contra personas migrantes en el mar por parte de milicias o guardacostas libios son cada vez más frecuentes. Libia mantiene desde 2017 un acuerdo de colaboración con Italia por el que recibe fondos europeos dirigidos, en teoría, a “gestionar” la migración. La financiación europea ha permitido a Libia, entre otras cosas, modernizar su flota de la Guardia Costera, que intercepta a personas migrantes y las devuelve a territorio libio sin tener en cuenta las leyes internacionales ni los derechos humanos. En este caso la embarcación libia no llevaba distintivos, por lo que no se pudo identificar si sus ocupantes eran guardacostas o miembros de alguna de las numerosas milicias que operan en el país.