WHAT
Turquía sufrió este sábado 10 de octubre el mayor atentado terrorista de su historia, con al menos 95 muertos (más de 60 murieron en el lugar de los hechos y el resto en el hospital a causa de las heridas). Pero se teme que el número de víctimas aumente pues cerca de 50 de los 246 heridos se encuentran en estado muy grave.
WHERE
Dos explosiones casi simultáneas (producidas supuestamente por sendos terroristas suicidas) tuvieron lugar a las 10.00 de la mañana del sábado frente a la estacion central de ferrocarril de Ankara, la capital de Turquía. En ese lugar se iba celebrar, a mediodía, una protesta contra la belicosidad del Gobierno islamista en el tema kurdo y su creciente autoritarismo. La protesta habia sido organizada por varios sindicatos de izquierda y contaba con el apoyo del principal partido prokurdo, el HDP, y de diputados de la principal formación de la oposición, el socialdemócrata CHP.
WHEN
El atentado se produce en un momento de gran tensión política en Turquía. En junio se celebraron elecciones legislativas y el partido islamista gobernante, el AKP, ganó claramente pero perdió la mayoría absoluta de la que había gozado durante tres legislaturas. Tras los comicios, no fue posible cerrar un acuerdo de coalición, en gran medida por las presiones del actual presidente de la República, el islamista Recep Tayyip Erdoğan, quien pese a que constitucionalmente debe actuar como figura imparcial, sigue manejando los hilos del AKP. La intención de Erdogan es volver a las urnas el próximo 1 de noviembre y que su partido recupere la mayoría absoluta, para así poder seguir ejerciendo influencia.
Uno de los mayores obstáculos para que el AKP logre la mayoría absoluta son los buenos resultados obtenidos por el HDP en las regiones kurdas (antes dominadas por los islamistas), por lo que ha cambiado su retórica desde inicios de año: si antes apoyaba el proceso de paz y las negociaciones con el grupo armado kurdo PKK (en la lista de organizaciones terroristas de Turquía, la UE y EEUU), ahora ha desempolvado el discurso nacionalista turco y la mano dura. De hecho, ya antes de las elecciones de junio se rompió el diálogo con los kurdos y el proceso de paz quedó aparcado pese a que había logrado grandes avances en los últimos dos años. El 11 de julio, el PKK dio por terminado su alto el fuego y el Gobierno, a finales de julio, anunció una “guerra contra el terrorismo”, metiendo en el mismo saco a Estado Islámico (EI), el PKK y otros grupos armados. Desde entonces cientos de personas han muerto en los enfrentamientos entre rebeldes kurdos y fuerzas de seguridad turcas, y en diversos atentados. El Gobierno turco ha decretado el toque de queda en varias localidades kurdas, donde se ha vuelto a niveles de violencia no vistos desde la década de 1990, y las fuerzas especiales de la policía y el Ejército han tomado las calles del sudeste, lo que ha despertado las iras de la población local.
HOW
El modus operandi de los atacantes en Ankara recuerda al atentado que se produjo el 5 de junio en Diyarbakır, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía, durante un mitin electoral del HDP: murieron 4 personas. Y al perpetrado el 20 de julio en Suruç contra un grupo izquierdista que quería solidarizarse con los kurdos de Siria: perdieron la vida 33 personas. Aunque no han sido del todo esclarecidos (aún los investiga la Justicia), los implicados guardaban relación con células de EI en Turquía.
WHO
El primer ministro turco ha apuntado a cuatro organizaciones armadas como posibles autores del atentado: EI, el PKK y los grupos izquierdistas DHKP-C y MLKP, aunque los analistas locales se inclinan por la autoría yihadista. Los medios cercanos a los islamistas del AKP ven la mano de Gobiernos extranjeros enemigos, con el objetivo de debilitar a una Turquía con ansias de extender su influencia en la región de Oriente Próximo. El PKK y algunos miembros del HDP han acusado al Gobierno de orquestar este atentado y los de Diyarbakır y Suruç, a fin de extender el miedo y revalidar su mandato en las elecciones.
