“Fotografiar es esencialmente un acto de no intervención”, escribía Susan Sontag en su emblemático libro Sobre la fotografía (1973). Que la cámara desaparezca y la realidad transcurra inalterada ante su objetivo es uno de los ideales del fotoperiodismo. Pero, a menudo, la presencia del fotógrafo y su cámara genera una interacción con la persona fotografiada y un impacto visible en la escena. 

En torno a ese instante en el que los fotografiados descubren la cámara gira el proyecto Quidam, del fotoperiodista Santi Palacios, que a lo largo de más de quince años ha ido guardando las imágenes que capturan una interacción entre la cámara, la persona fotografiada y, en última instancia, el espectador de la imagen.

“En mi trabajo siempre ha habido un constante deseo de desaparecer de las imágenes, ser invisible, con la intención de afinar un lenguaje visual que busca…