Ocho años después, las fuerzas especiales de Estados Unidos vuelven a dar un golpe contra la “mayor amenaza global” con una operación nocturna que acaba con la muerte del “terrorista más buscado”. En 2011, ocurrió en la pequeña Abbottabad, localidad de montaña de Pakistán, donde se refugiaba Osama bin Laden a las puertas de una academia militar del Ejército de Pakistán. En 2019, un comando estadounidense aterrizó en Barisha, un pueblo del norte de Siria situado a solo cinco kilómetros de la frontera con Turquía, y mató a Abu Bakr al Bagdadi. Barack Obama se colgó la medalla de la operación contra el líder de Al Qaeda en un calculado mensaje de nueve minutos, y Donald Trump ha hecho lo propio con el califa del grupo yihadista Estado Islámico (EI), pero su discurso y respuestas a periodistas se alargaron hasta los 48.
Ocho años…
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