La invasión rusa de Ucrania ha llevado a la gran mayoría de países europeos a participar en el conflicto a través del envío de armamento. El riesgo de optar por la vía militar reside en dejar en segundo plano —o incluso relegar al olvido— las vías políticas y diplomáticas, que deberían recibir toda la atención y energía en estos momentos. En el contexto de la cultura militar dominante, la Unión Europea y los aliados de la OTAN refuerzan una senda que internacionaliza y hace aún más compleja una guerra que ve alejarse la posibilidad de una resolución rápida.
La política de las armas
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha insistido por activa y por pasiva en que esta no es una guerra de la Alianza, pero al mismo tiempo la organización alienta a que sus miembros envíen armamento. Así…
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