Hay muchas definiciones de terrorismo, algunas contradictorias, pero casi todas coinciden en varios elementos esenciales:
1) El acto violento.
2) El emisor (el terrorista, el grupo terrorista, el Estado).
3) El mensaje político que se quiere enviar.
4) El receptor (el público, un grupo reducido, un Estado).
En este esquema no están las víctimas, porque una de las cosas más escalofriantes del terrorismo (el yihadista no es una excepción) es que las víctimas, las que más sufren, son solo un medio para llegar a un fin. Un objeto. Un instrumento. Al emisor no le importa matar de forma indiscriminada si así hace llegar su mensaje al receptor. La arbitrariedad de estos ataques, sobre todo en los últimos años, ha conseguido que el campo de batalla ya no sea concebido como…
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