El día en que Gustavo Petro ganó las elecciones en Colombia, la periodista Andrea Aldana seguía con atención cada detalle del recuento en un apartamento a 8.000 kilómetros de distancia. En ese rincón de Madrid, donde reside desde hace más de un año, vivió el resultado electoral con una mezcla de emoción y frustración por estar lejos de una Colombia que daba un giro histórico. Una amiga fue a buscarla y terminaron en un bar del barrio madrileño de Lavapiés donde, en un momento dado, oyeron corear: “¡Fraaancia, Fraaancia!”, y luego: “¡Peeetro, Peetro!”. Un grupo de colombianos cantaba el nombre de Francia Márquez —la primera mujer negra del primer gobierno de izquierdas de Colombia— y del nuevo presidente del país. Esa celebración colectiva duró unos momentos. Después, la distancia y la soledad devolvieron su forma al exilio. “Estábamos ante un nuevo país y yo estaba acá sin poder…
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