Los Rebeldes del Sur hacían música de trinchera. No es metáfora: para evitar al ejército que los acechaba, 18 músicos y combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ensayaban sus canciones bajo el suelo en plena selva.
—Hacíamos un hueco ancho y profundo, le poníamos palos y hojas y le echábamos tierra encima. Adentro prendíamos una vela, cantábamos a todo pulmón y afuera no se escuchaba nada.
Luis Alberto Mendoza, alias “Emilio” durante los veinte años que hizo la guerra, contaba esto a fines de 2017 en La Carmelita, un caserío ubicado muy cerca del río Putumayo, sobre la frontera entre Colombia y Ecuador. Allí vivía Mendoza junto a 473 excompañeros de armas, en un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR); uno de los 24 asentamientos donde 6.804 miembros de las FARC, entre un total de 13.202 que entregaron…
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