Atenas y Jerusalén ya no son las ciudades más bellas del mundo. Pero, sin ellas, el mundo no sería el mundo. El occidental, claro. El que acaba de perder a uno de sus narradores más inteligentes: George Steiner (Neuilly-sur-Seine, Francia, 1929 - Cambridge, Reino Unido, 2020).
Sí, narrador, aunque póstumamente reconociera que le faltó valor para crear. Entre el ensayo y la historia, entre la crítica literaria y la filosofía, hay algo con tendencia a desaparecer entre las rígidas categorías del saber. De vez en cuando surgen una suerte de novelistas de las ideas, de poetas de lo civilizatorio, como Steiner. Un tipo de intelectual que convoca por igual adhesiones a su pasión totalizadora, a su erudición seductora, y críticas a su esencialismo y a sus deslices, a su estilo a veces grandilocuente. La misma cosa girada.
¿De dónde es Herr…
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