La fotógrafa documental Tamara Merino llevaba años queriendo formar un colectivo de fotógrafas que trabajase desde la mirada femenina, porque “las historias del mundo han sido contadas en su mayoría a través de la mirada masculina”. Pero siempre surgía algún imprevisto que lo retrasaba: un viaje, un encargo de trabajo, un embarazo, un proyecto. Hasta que llegó la pausa forzada provocada por la pandemia de coronavirus. Merino aprovechó entonces para contactar con otras siete mujeres cuyo trabajo original y profundo encontraba inspirador y visualmente potente. Entre todas crearon Ayün.
La palabra viene de la lengua mapudungun de los nativos latinoamericanos mapuches. Su traducción más directa sería “amar”, pero la etimología apunta a un concepto más enfocado a ver la luz en el otro, a la capacidad de descubrir y apreciar al prójimo, dice Merino. “Nos hizo harto sentido como nombre, porque somos un colectivo…
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