No se considera una víctima. La de Laxmi es una historia de coraje, de salida del ostracismo social. Es la historia de una joven de 16 años a la que un cobarde de 32 truncó sus sueños con un ataque con ácido. Perdió amigos y sufrió la soledad durante muchos años, pero salió del agujero, abrazó la felicidad personal y profesional, y terminó convirtiéndose en voz e inspiración de las supervivientes de una lacra que no cesa.
—Recibí un mensaje de móvil en el que me dijo: te amo y quiero casarme contigo. No respondí. Envió otro después exigiéndome que le diera pronto una respuesta. Días más tarde me llamó por teléfono y me preguntó si quería llegar a ser algo en la vida, convertirme en el orgullo de mis padres. Dije que sí, que quería ser un orgullo para ellos, y colgué.