Para Adriana González no ha sido nada fácil poder mostrarse como realmente es —melena castaña lacia, cejas perfectamente delineadas, labios carnosos de actriz de televisión—, pero nunca imaginó que durante la pandemia su identidad sería la causa de que temiera ir al supermercado e incluso de acabar detenida por la policía.
—Es algo incómodo que te vean como un ser de otro planeta, que te miren así como si fueras un bicho raro siendo tú una persona de carne y hueso, con sentimientos.
Adriana se identifica como mujer, pero en su carné de identidad sigue arrastrando un pasado amargo del que todavía no ha logrado deshacerse: un nombre masculino y una M en el marcador de sexo. Justo antes de que el virus desestabilizara su vida y la del mundo entero, Adriana estaba empezando los trámites para cambiar su nombre, pero el…
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