Es la primera vez que Nadia se siente partícipe de algo “grande”, de un cambio histórico, al que ella llama “revolución”. Esta joven de 19 años ha viajado desde Labue, en el valle de la Beká (al este de Beirut), acompañada de su hermano Mohamed para participar en las protestas que se desarrollan desde la madrugada del 18 de octubre en el centro de Beirut, entre la Plaza de Riad el Solh, frente al Gran Serrallo (Palacio de Gobierno) y la histórica Plaza de los Mártires. Son manifestaciones contra el desempleo masivo, la inflación, la corrupción y la mala gestión económica del Gobierno libanés.
Nadia está en primera línea de las protestas: forma un tapón con otras mujeres para evitar que manifestantes violentos provoquen a los antidisturbios y las manifestaciones pacíficas dejen de serlo.
“No vamos a movernos de aquí hasta que…
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