Mihai Brezeanu sorbe su limonada. El sol empieza a caer en Bucarest. Hablando con él sobre un festival de cine del que lleva la comunicación, surge el nombre del dictador Nicolae Ceaușescu —siempre surge Ceaușescu— y su política pronatalidad.
—Fue una de las medidas más estúpidas que se adoptaron, pero fue admirada por muchos países de la órbita comunista. Muchísimas madres murieron abortando clandestinamente y otras por no hacerlo, cuando el embarazo suponía un riesgo para su salud. La política pronatalista de Ceaușescu dio lugar a toda una generación de niños abandonados que luego se convirtieron en adolescentes que malvivían en las calles. También hubo muchos niños no deseados. Yo soy uno de ellos.
Brezeanu nació en 1979 en la capital rumana. Forma parte, aunque de forma tardía, de la generación Decreței, que acostumbra a identificarse con los niños nacidos a finales…
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