El nombre de Chernóbil evoca desolación y tierra envenenada: la peor catástrofe nuclear de la historia marcó en 1986 esa zona de Ucrania y a sus habitantes con el estigma de la radiactividad. Sin embargo, años después Chernóbil y su zona de exclusión —como casi todos los lugares del planeta que en algún momento han ocupado portadas— también se han convertido en destino de visitantes interesados en ver de cerca las consecuencias de lo ocurrido.
El turismo alrededor del epicentro de aquel desastre atómico ha ido creciendo desde 2014-2015, pero el año pasado se disparó gracias al éxito de la miniserie de HBO Chernobyl, que narra los acontecimientos que rodearon al accidente nuclear. Entre enero y diciembre de 2019, más de 100.000 turistas visitaron la zona de exclusión, unos 30.000 más que el año anterior: el pico de llegadas se produjo a partir…
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