Una semana después de que Luiz Inácio Lula da Silva fuera investido presidente de Brasil, miles de seguidores del ultraderechista Jair Bolsonaro asaltaron las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo Tribunal Federal del país, en el corazón de Brasilia. Saltándose las reglas democráticas y de la Constitución, exigían prisión para Lula, la intervención de las Fuerzas Armadas y la vuelta de Bolsonaro al poder.
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