Hay personas que representan simbólicamente un Estado y sus metamorfosis. Al menos de forma pública. En el caso de la India: Mohandas Karamchand Gandhi durante la lucha anticolonial, Jawaharlal Nehru durante los primeros compases de la India democrática, incluso Narendra Modi en esta nueva —y a la vez antigua— era de nacionalismo hindú. Hay otras personas que son el Estado, porque conocen perfectamente sus engranajes, forman o formaron su columna vertebral, construyen su mente y visión, son fuente de conocimiento y a la vez señalan el camino que hay que tomar. Es el caso de Shivshankar Menon (París, 1949), que hunde sus raíces familiares en el estado sureño de Kerala. Diplomático de carrera, Menon ha sido embajador en China, Pakistán, Israel o Sri Lanka. Fue Secretario de Exteriores (2006-2009) y Consejero de Seguridad Nacional (2010-14). Fue miembro de la Comisión de Energía Atómica de la India y ha publicado obras como Choices; Inside the Making of Indian Foreign Policy o India and Asian Geopolitics; The Past, Present. Ahora es académico en el Centro de Progreso Social y Económico (CSEP, siglas en inglés) y profesor visitante en la Universidad de Ashoka. Esta primavera ha participado en el seminario internacional War and Peace, un formato exitoso de discusión sobre geopolítica organizado por el Barcelona Centre for International Affairs (Cidob).
Si la India tuviera un comité de sabios, Menon estaría allí por derecho propio, seguramente sugiriendo cómo su país debe mirar al mundo, qué política exterior debe adoptar. Menon está en un lugar privilegiado para explicar qué está cambiando en la India y por qué. Esta empieza a ser una pregunta apremiante para la humanidad. La India ya ha superado a China y se ha convertido en el país más poblado del mundo, con más de 1.400 millones de habitantes, según datos de la ONU que, aunque han ido bailando en los últimos meses, señalan de forma clara la tendencia: para bien o para mal, el mundo cada vez se parecerá más a la India. Para interpretar ese mundo, las claves del pasado son obsoletas. Pese a los intentos de resucitar la retórica de la Guerra Fría, Menon cree que estamos ante un nuevo —y más diverso— escenario global.
La India está a punto de convertirse en el país más poblado del mundo, pero no tiene demasiada atención mediática. En algunos de sus escritos y declaraciones usted reflexiona sobre la importancia geopolítica de la India. ¿Cree que se tiende a menospreciarla, sobre todo en comparación con China? ¿Cree que eso es algo que se hace desde Occidente?
La India tiene importancia en muchos sentidos. Por su tamaño, por su poder, por la forma en la que influye en el sistema internacional. En algunos ámbitos, de hecho, la India desempeña mejor sus funciones en el sistema internacional que una superpotencia. ¿Por qué la India participó de forma activa en la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos? ¿Por qué la India hizo tanto por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar? No me importa que se subestime la importancia de la India. Tengo colegas chinos con experiencia que cada cinco años me hacen una pregunta muy simple: “¿Por qué el mundo se opone al ascenso de China pero no al de la India?
¿Y cuál es su respuesta?
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