La India sabe votar. El mayor experimento democrático del mundo no solo es asombroso por su dimensión —siete fases electorales desde mediados de abril y 640 millones de votos emitidos en estos últimos comicios—, sino por su capacidad para elaborar mensajes claros y dirigirlos a los políticos. El pueblo indio ha hablado en estas elecciones generales de 2024 y ha renovado su confianza en el primer ministro, Narendra Modi, que ya se ha convertido en una de las figuras más relevantes de la historia del país. Pero le ha advertido de que no tiene carta blanca para aplicar un proyecto hinduista que ignore la diversidad de la India.
Queremos que seas nuestro líder, pero hay cosas que deben cambiar.
El Partido Popular de la India (Bharatiya Janata Party, BJP) de Modi ha caído de los 352 escaños de 2019 a 240 en estas elecciones, lejos de los 272 que marcan la mayoría absoluta en la Lok Sabha (cámara baja). Sin embargo, la coalición de la que forma parte se sitúa en los 293 asientos, y si el primer ministro, de 73 años, contenta a sus socios, en particular a un partido con implantación histórica en el sur y otro con su bastión en Bihar, el estado más pobre de la India, no debería tener problemas para lograr su tercer mandato consecutivo.
A través de nuestras habituales 5W, navegamos por la intrincada política india para interpretar los resultados electorales.
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