Las elecciones generales de este martes en Israel han desembocado en una noche muy larga en los cuarteles generales del Likud, el partido de Benjamín Netanyahu, y el de Benny Gantz, exjefe del Ejército, que al frente de la coalición Azul y Blanco buscaba convertirse en el nuevo primer ministro israelí. En un contexto de elevada tensión regional, las dos grandes formaciones han vuelto a repetir unos resultados similares a los de las elecciones del pasado abril: una especie de empate técnico que llena de incertidumbre el futuro político del país y el del propio Netanyahu, quien a sus 69 años aspira a cumplir su quinto mandato. Los votos han hablado, y ahora arranca un largo y complejo proceso de negociación para lograr la formación de un Gobierno.
El actual primer ministro, Netanyahu, queda en una posición incómoda a solo unas semanas de su…
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