El futuro de la pandemia se decide en la India. Y la India necesita ayuda de forma urgente.
Cuando el virus puso de rodillas a Occidente en 2020, la India contuvo el aliento. Cuando los hospitales se desbordaron en Bérgamo, Madrid o Nueva York, la India tembló. El segundo país más poblado del mundo (casi 1.400 millones de personas, solo por detrás de China) presentaba las condiciones idóneas para que el virus se propagara y matara: densidad de población, grandes aglomeraciones, medidas higiénicas inadecuadas y un sistema de salud que no merece ese nombre.
Pero el Gobierno reaccionó rápido y, de forma casi preventiva, ordenó un confinamiento nacional que en general funcionó, aunque centenares de miles de personas que se quedaron sin trabajo en las ciudades volvieron a sus casas en las zonas rurales. Los casos fueron aumentando —no puede ser…
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